¿Qué es la Intolerancia a la Lactosa?
La lactosa es el azúcar que contiene la leche (de vaca, oveja, cabra, humana…), aunque también está presente en una gran cantidad de productos de consumo diario. Es un azúcar presente en los lácteos. Nuestro sistema digestivo produce la enzima lactasa, que ayuda al intestino delgado a digerir la lactosa y transformarla en glucosa y galactosa.
La intolerancia a la lactosa es una patología que consiste en la incapacidad del intestino para digerir esta azúcar. Surge cuando el organismo no produce suficiente cantidad de lactasa, la enzima responsable de descomponer la lactosa en otros azúcares más simples y sencillos de absorber por el intestino. Así, en nuestro colon se origina una fermentación de la lactosa no descompuesta y se generan gases y líquidos que pueden provocar dolores y molestias.
En España afecta al 14% de la población siendo su prevalencia mayor en la población mayor de 40 años acercándose al 38% (2).
Los síntomas aparecen entre los 30 minutos y las dos horas después de haber ingerido alimentos que contengan lactosa generalmente acompañados de flatulencia, cólicos y diarrea. Desaparecen entre 3 y 6 horas más tarde (Alliende F. Intolerancia a la lactosa y otros disacáridos(1).
Diez consejos para afrontar la intolerancia a la lactosa
Las pautas para prevenir y mitigar la aparición de este problema están principalmente vinculadas a la alimentación, aunque también hay otros factores que es necesario tener en cuenta.
- Evita el autodiagnóstico. Ante la sospecha de intolerancia, es necesario acudir a un especialista para que descarte otros problemas digestivos. Éste nos ayudará a tomar las medidas más adecuadas en nuestro caso.
- Conoce qué alimentos incorporan lactosa. Además de en la leche, esta azúcar también está presente en algunos productos industriales elaborados. En consecuencia, se puede encontrar lactosa en alimentos tan dispares como salchichas, patés, margarinas, helados, salsas, algunos fiambres y embutidos, cereales enriquecidos, sopas instantáneas y comidas preparadas.
- Aprende a leer las etiquetas de los envasados. Nos servirán de guía para comprobar si un alimento lleva o no lactosa. En concreto, deben tomarse precauciones con los que contengan azúcares y grasas de la leche, lactitol (E966), cuajo, suero lácteo o en polvo. Advertencias como “puede contener trazas de leche” deben tenerse en cuenta.
- Consulta previamente a tu médico o farmacéutico antes de dejar de consumir lácteos. La falta de leche en la dieta puede producir falta de calcio, vitamina D, riboflavina y proteínas, por lo que se acompaña de malnutrición, osteoporosis y pérdida de peso. Por eso, es recomendable ingerir otras fuentes o suplementos de calcio y nutrientes en la alimentación. Los yogures fermentados y los quesos curados, que cuentan con una lactosa más hidrolizada, son algunos de los lácteos que el especialista puede recomendarnos.
- Los lácteos sin lactosa, tus grandes aliados. Un amplio número de marcas de leche comercializan gamas de productos sin lactosa, que pueden hacer más llevadera la necesidad de excluir parcial o completamente los lácteos de nuestra dieta.
- Enriquece la dieta con otros alimentos ricos en calcio, vitamina D, riboflavina y proteínas. Verduras como las espinacas, la acelga o el brócoli; legumbres como las judías blancas, las lentejas y los garbanzos; la yema de huevo; pescados como la sardina, el salmón y el lenguado; las gambas y todos los frutos secos –excepto la castaña- constituyen excelentes fuentes naturales de los nutrientes que contienen los lácteos.
- Experimenta en la cocina. Existen toda una variedad de recetas libres de lactosa que podemos preparar nosotros mismos en casa. También podemos acudir a restaurantes que ofrecen menús libres de lactosa.
- Presta atención a los medicamentos. Alrededor del 20% de los medicamentos contienen lactosa como excipiente, algo que debe valorarse y ser tenido en cuenta.
- Exponte al sol de manera regular, pero no abusiva. La exposición al sol favorece la absorción de la vitamina D, que los lácteos nos aportan de manera natural.
- Puedes buscar apoyo en complementos nutricionales de lactasa. El farmacéutico puede asesorarte acerca de soluciones nutricionales con lactasa en cápsulas o tabletas masticables para facilitar la digestión en personas intolerantes a la lactosa. Su uso permite una ingesta de productos con lactosa prácticamente sin restricción. Si nuestro médico o farmacéutico nos lo recomiendan, podemos recurrir a estos suplementos en los casos en los que probablemente se van a ingerir alimentos con lactosa como comidas fuera de casa, celebraciones etc.
Mejorar la digestión de los lácteos
Ns Nutritional System ha desarrollado Ns Lactoben para ayudarte a mejorar la digestión en las personas con problemas para digerir la lactosa.
La tolerancia a la lactosa varía de una persona a otra y por ello, la dosis debe ser ajustada en función de la cantidad de lactosa consumida y del grado de tolerancia. Por ello, para una mejor elección de la dosis necesaria, ofrecemos dos presentaciones:
- + Ns Lactoben son comprimidos que contienen 4500 FCC de Lactasa, útiles para personas con intolerancia a la lactosa de leve a moderada.
- + Ns Lactoben Forte son comprimidos que contienen 9000 FCC de Lactasa, útiles para personas con altos niveles de intolerancia a la lactosa.
Uso: la tolerancia a la lactosa varía de una persona a otra. La dosis debe ser ajustada en función de la cantidad de lactosa consumida y del grado de tolerancia. Se recomienda comenzar con un comprimido e ir aumentando la dosis si fuera necesario.
Consumir con cada producto que contenga lactosa, con el primer bocado. Repetir la administración si en 30-45 minutos se siguen consumiendo lácteos.
En el caso de Ns Lactoben no superar los 12 comprimidos al día y con Ns Lactoben Forte no superar los 6 comprimidos al día.
Fuente: CinfaSalud